sábado, 16 de febrero de 2008

Brazo minero del Grupo Luksic entra al sector energía en alianza con Enap


Antofagasta Minerals desarrollará proyectos de geotermia en conjunto con la petrolera:

Principal minera privada de capitales chilenos, y que es encabezada por Jean Paul Luksic, tendrá el 60% de la nueva sociedad. La estatal, el 40% restante.


Gustavo Orellana V.

Sólo la actual estrechez energética que vive Chile, y la urgente búsqueda de alternativas para asegurar el suministro eléctrico futuro, fue capaz de unir a dos gigantes: Enap y Antofagasta Minerals, el brazo minero del grupo Luksic y que es, además, la mayor minera privada de capitales locales.

Durante esta semana, ambas compañías sellaron un acuerdo que creará una sociedad para desarrollar proyectos geotérmicos de manera conjunta, la que se hará pública durante la próxima semana.

Dicha alianza se abocará a desarrollar tareas de exploración geotérmica, algo en lo que Enap tiene vasta experiencia y donde participa desde 2000.

Alianzas previas

Esta energía es uno de los ejes de la actual administración de Enap, que encabeza Enrique Dávila (gerente general), y que ha desarrollado dos grandes alianzas para ingresar a esta área.

La estatal tiene una asociación con la italiana Enel -uno de los mayores accionistas de la hispana Endesa- que se materializó en la constitución Empresa Nacional de Geotermia (ENG).

Esta firma maneja una cartera de proyectos que alcanza, según estimaciones de la propia compañía, hasta US$ 200 millones. Además, Enap formó, junto a Codelco, Geotérmica del Norte.

Según los detalles del acuerdo, la privada Antofagasta Minerals tendrá el 60% de la nueva sociedad, mientras que Enap, el restante 40%.

Esto, sin embargo, no significa la "fusión" de las unidades de exploración geotérmica de ambas compañías. Tanto Enap como Antofagasta Minerals mantendrán por separado sus respectivas concesiones geotérmicas y seguirán realizando tareas de exploración -y eventualmente, explotación- en esas zonas, sin aportarlas a la sociedad entre ambas.

Es decir, la nueva sociedad se encargará de buscar sus propias posibilidades de negocios y de obtener concesiones geotérmicas, que consideran lugares de gran potencial como, por ejemplo, la II Región.

¿Qué hace despertar el interés en la geotermia? Según una estimación hecha por la propia Enap, Chile tiene un potencial geotérmico de hasta 3.350 MW que equivale, por ejemplo, al 120% de la potencia que generará el proyecto HidroAysén, desarrollado por las eléctricas Endesa y Colbún y que recién va a estar concluido a fines de la próxima década.

Esto echa por tierra las críticas que señalan que la geotermia -en una queja que suele hacerse a todas las energías renovables no convencionales- podría realizar apenas un escaso aporte a la matriz energética, en caso de desarrollos concretos.

Pese a las altas expectativas, esta actividad no ha estado exenta de polémica. Hoy, la Corte Suprema tramita un recurso interpuesto por habitantes de localidades cercanas a San Pedro de Atacama, quienes rechazan que se lleve adelante esta actividad en la zona de El Tatio, proyecto que encabeza Geotérmica del Norte. Se quejan porque, si se instalan plantas energéticas en el lugar, bajará de manera fuerte la afluencia de turistas a la zona, famosa por los géiseres.


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