jueves, 28 de febrero de 2008

SOBRE ENERGíA Y LAS RAZONES OCULTAS DE LA CRISIS


Por Peter Hartmann Samhaber* Coordinador de la Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida

En las últimas semanas, intereses creados han instalado dos supuestas verdades: que existe una crisis energética y que no hay otra alternativa más que recurrir a la energía hídrica de Aysén mediante la construcción de represas.

Aunque tenemos nuestras dudas respecto de esta muy conveniente crisis -que parece servir para justificar el segundo supuesto- no está de más recordar que, primero, ésta se gestaría por la falta de una política energética o -lo que es lo mismo- por dejar este importante tema en manos de empresas particulares.

Nadie recuerda que fueron estas mismas compañías las que con el tratado gasífero pusieron todos los huevos en la misma canasta, una fragilidad que sus expertos no quisieron ver ¿será porque sin crisis no hay franquicias, apoyo gubernamental y precios convenientes?
La segunda causa que se da es la falla de la Central Nehuenco de Colbún (¿por qué siempre ocurre en momentos clave?), la misma ineficiente empresa que con Endesa España pretende desarrollar el proyecto HidroAysén.

El tercer motivo sería la sequía, incluso hay quienes nos instruyeron a comienzos del segundo mes del año que éste es de lo más secos de la historia. Está claro que Chile no será una excepción en el calentamiento global. Y, por cierto, ese panorama también afecta a Aysén, cuyas masas de hielo se están encogiendo en forma vertiginosa, volviendo impredecible el caudal futuro de sus ríos.

En cuanto a que no existen otras alternativas que destruir la reserva de vida de Aysén, donde no tenemos "crisis", hay que recordar que sólo con mayor eficiencia energética se pueden obtener, al menos, 7 mil gigawatts al año, lo que equivale a 40% del consumo nacional de 1998, ¡unos cuatro mil megawatts! Claro que esa eficiencia no le interesa a las empresas que cuidan su carnicería y la autoridad la encara con una timidez abismante.

En la zona centro sur todavía existe un potencial de 8 mil megawatts de pequeñas centrales hidroeléctricas de bajo impacto, instalables en corto plazo; 2 mil megawatts de grandes hidroeléctricas; de 4 mil a 8 mil megawatts geotérmicos estudiados y al menos 300 megawatts (inmediatos) en biomasa de desechos forestales, más el potencial de biodigestores y otra bioenergía.

Entre la I y VIII Región, donde están las mineras que usan 30% de la energía, la radiación solar alcanza los 4 mil 500 Kcal/m2/día (¡tenemos el desierto más asoleado del planeta y sin usar!).
Y del potencial eólico, mareomotriz y de las olas ni siquiera hay estudios (¡tenemos una de las costas más extensas del planeta!) El físico Ulrich Volkmann, de la Universidad Católica, estima en 50 mil megawatts el potencial eólico, reclamando mayor apoyo para generadores instalables en corto plazo, mientras la autoridad se lo da a los proyectos nucleares y a las megarrepresas.


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