16/12/2007
NUSA DUA, Indonesia (AFP) — La comunidad internacional logró aprobar la "hoja de ruta de Bali" para luchar contra el cambio climático, pero éste es sólo el inicio de un proceso que debe durar dos años y cuyo éxito dependerá del resultado de las próximas presidenciales en Estados Unidos.
El acuerdo alcanzado el sábado establece que las negociaciones comiencen en marzo o abril de 2008 para culminar en la Conferencia sobre el cambio climático de Copenhague, a finales de 2009.
El resultado de estos dos años de negociación debe ser la elaboración de un nuevo tratado que reemplace al Protocolo de Kioto cuando éste llegue a su fin en 2012.
La "hoja de ruta de Bali" fue aprobada in extremis ante la inflexible posición de Estados Unidos, que exigía mayores compromisos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de grandes países emergentes como China, India o Brasil.
E inmediatamente después de su aprobación en Bali, en Washington la Casa Blanca expresó su descontento.
Según los expertos, esto muestra que habrá que esperar hasta que los estadounidenses elijan a un nuevo presidente, a finales de 2008, para que el proceso logre avanzar.
"En las elecciones en Estados Unidos el cambio climático ocupa probablemente un lugar relevante en el debate, con la ventaja de que sus ciudadanos tienen cada vez un conocimiento mayor y más responsable" sobre el calentamiento, afirma Pablo Cotarelo, de la ONG española Ecologistas en Acción.
Los países europeos y en vías de desarrollo, que en Bali se aliaron contra la postura norteamericana, tienen ahora la esperanza de que el próximo inquilino de la Casa Blanca vuelva a poner a Estados Unidos en la vía definida por Bill Clinton e ignorada por George W. Bush.
"Es patente que el conjunto de los ciudadanos de Estados Unidos ha ido cambiando su posición de forma notable respecto al cambio climático", afirmó la ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona, recordando que 23 Estados norteamericanos están comprometidos con las reducciones de CO2 contra la postura del gobierno federal.
Catrástrofes climáticas como el huracán Katrina en 2005, los gigantescos incendios en California o las pronunciadas sequías en el medio oeste han contribuido a esta sensibilización.
"Estos desastres les han mostrado el dolor de ser víctima del cambio climático, lo que principalmente ocurre en los países en desarrollo", afirma Marcelo Furtado, director de campañas de Greenpeace Brasil.
Cuando Katrina arrasó Nueva Orleans "hubo gente que murió, que perdió su casa, su tierra, su familia, que perdió su pasado y su futuro, y esto ha ayudado a que empezasen a comprender que el cambio climático es un problema para todo el mundo y que tenemos que trabajar juntos", agrega.
Sin embargo, y aun suponiendo que el próximo presidente estadounidense demuestre una voluntad decidida por atajar el calentamiento, los expertos recuerdan que no tomará posesión del cargo hasta finales de enero de 2009.
Lo que le dejará apenas unos meses para preparar su equipo y su estrategia y ganarse el apoyo de la opinión pública a tiempo para implicar a su país activamente en Copenhague.
Mientras tanto, es fundamental que el proceso continúe sin Estados Unidos, dicen.
"Se debe avanzar independientemente de lo que diga la administración Bush", considera Cotarelo, que pide "que los países con posiciones ambiciosas tiren adelante solos sin hacer guiños a Estados Unidos porque, si el proceso es sólido, tarde o temprano los norteamericanos acabarán por entrar".
Queda aún otra incógnita, saber si las grandes economías emergentes, que se encaminan a convertirse en los mayores contaminadores del mundo, estarán dispuestas en 2009 a dar su brazo a torcer aceptando compromisos de reducción de sus emisiones contaminantes.
"La madre de la batallas se librará en 2009, esto ha sido sólo un entrenamiento", afirma Fernando Tudela, subsecretario mexicano de Medio Ambiente.
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