martes, 29 de enero de 2008

El más duro rival de los Matte


Por Paula Comandari
Revista Que Pasa


Aaron Sanger es prácticamente un desconocido en Chile. Sin embargo, hoy lidera la batalla de los ambientalistas contra el proyecto HidroAysén. Fue interlocutor de los Matte -y cercano a Eliodoro- cuando en 2003 logró un inédito acuerdo con CMPC y Arauco para la protección del bosque nativo. Hoy dice que no negociará y que el eslogan que difundirá por el mundo es "No Matte la Patagonia". Qué Pasa recorrió con Sanger el río Baker y Pascua, estuvo en su encuentro con Douglas Tompkins y conoció de su propia boca la estrategia que piensa poner en práctica para detener la construcción de las represas.


El sábado pasado, una docena de ambientalistas extranjeros y nacionales interrumpieron de golpe la calma de la Estancia Valle Chacabuco, propiedad del matrimonio Tompkins. Durante doce horas, el grupo se concentró en establecer al detalle las diversas estrategias que utilizarán para oponerse de lleno al proyecto HidroAysén -de la familia Matte y de Endesa-, el cual contempla construir cinco represas en la XI Región. De hecho, en esas conversaciones prepararon punto por punto cómo responderán al estudio de impacto ambiental que la empresa debe entregar en marzo próximo. Porque si hay algo que este grupo de ecologistas tiene claro, es que no quieren dejar nada al azar.

En pleno corazón del valle Chacabuco, desde donde se tiene una vista privilegiada del río Baker -justamente uno de los que el proyecto hidroeléctrico contempla intervenir-, los asistentes analizaron la arremetida. Allí estaban, entre otros, Douglas Tompkins y su mujer, Kris McDivitt; Juan Pablo Orrego, cabeza de Ecosistemas; y Patricio Rodrigo, director de Chile Ambiente, la organización de Hernán Sandoval, uno de los amigos cercanos de Ricardo Lagos. En medio de ellos, sin hacer mayor ruido, estaba sentado un ecologista estadounidense que durante 17 años se ha dedicado a defender con mano dura el medio ambiente en el mundo: Aaron Sanger (50).

En Estados Unidos, es un nombre que no deja indiferente. Ha ganado batallas públicas. Por ejemplo, logró que cuatro poderosas forestales -Weyehaeuser, Canfor, Western Forest Products e Interfor- protegieran 3 mil hectáreas de bosque en The Great Bear Rainforest, Canadá, cuando convenció a sus máximos compradores de finiquitarles el contrato si insistían en intervenir la zona. También asumió la defensa de más de 150 habitantes que vivían cerca de tanques petroleros en un barrio de Texas: luego de cinco años de disputa, Exxon Mobil, Chevron y Texaco sacaron los tanques, limpiaron el suelo e indemnizaron a los damnificados.

En Chile, Sanger es prácticamente un desconocido. Pero su presencia no ha sido menor. Muy pocos saben que fue él -cuando era miembro de Forest Ethics- quien logró en 2003, después de una larga batalla, un inédito acuerdo con CMPC y Arauco para la protección del bosque nativo. Así se transformó, de paso, en el interlocutor de las ONG con las empresas de Matte y Angelini, con las que tuvo un trato cercano durante todo este tiempo. Tan fluido, que en 2006 se trasladó por un año a vivir a Villarrica, para supervisar in situ que el compromiso de no sustituir bosques nativos por plantaciones se estuviera cumpliendo. Después de ver con sus propios ojos que las cosas funcionaban, volvió a Bellingham, en el estado de Washington, donde tiene una pequeña casa a orillas del mar, abastecida sólo con luz eólica, geotérmica y solar y donde se traslada en auto eléctrico. Pero siguió con línea directa con Chile, especialmente con Eliodoro Matte, con quien mantenía una buena relación.

Hasta ahora. Porque de amigo, Sanger se transformó en enemigo.

En septiembre pasado, el ecologista abandonó Forest Ethics y se afilió a International Rivers, institución que vela por la conservación de los ríos y de los ciudadanos que viven de ellos en Africa, Asia y Latinoamérica. La institución hoy tiene clavados sus ojos en Chile: de los US$ 2,4 millones que tiene como presupuesto, una parte está destinada para la defensa de la Patagonia nacional. Sanger se convirtió en el líder indiscutido de la campaña internacional de la defensa de la zona, labor que reúne a más de 35 ONG nacionales y extranjeras que se oponen a Colbún -la eléctrica de los Matte y donde los Angelini tienen un pequeño porcentaje- y a Endesa.

Delgado y de aspecto frágil, quienes conocen a Sanger de cerca aseguran que bajo su apariencia esconde una gran habilidad para negociar. Pero esta vez, él asegura que no está dispuesto a transar. "No Matte la Patagonia" es el primer eslogan que ya inventó y ue muy pronto lo hará circular por el mundo en apoyo a su nueva cruzada.

Los Matte según Sanger

Lo primero que decidió Sanger para esta campaña fue visitar cada uno de los puntos que se verían afectados con la construcción de las represas del proyecto HidroAysén. Por eso llegó a Chile la semana pasada y el viernes 18 viajó al sur. Llegó a Coyhaique y tras un recorrido por varios lugares, como Cochrane y Puerto Bertrand, una van lo trasladó a Villa O´ Higgins, uno de los pueblos más remotos del país.

En el día a día, Sanger no parece ser un hombre agresivo. Durante las expediciones por la zona, nunca dirigió las caminatas ni tampoco dio instrucciones. Pasó más bien inadvertido y gran parte de su tiempo lo mató en silencio, observando la naturaleza. Pero cuando se acercó a algunos de los ríos patagónicos, su actitud cambió. Y se abrió a conversar. Dice que no comprende cómo los Matte están dispuesta a arruinar parte importante del país ni tampoco entiende que los Angelini se hayan embarcado en esta apuesta empresarial cuando en los últimos años han sido apuntados con el dedo por los daños ambientales generados por sus compañías.

"Cuando tomé la decisión de coordinar la campaña, le envié una carta privada a Eliodoro Matte, explicándole que el hecho de que estuviera involucrado en este destructivo proyecto no iba en la línea de compromiso de protección con el medio ambiente a la que él había adherido. Por ello, le hice saber que estaba frontalmente en su contra y que por ello cambiaba de institución (de Forest Ethics a International Rivers), explica Sanger.

Dice que quedó sorprendido cuando recibió la respuesta a su misiva personal con una carta "a viva voz", publicada en el diario La Tercera. Eso le molestó profundamente. "Eliodoro se promovió a sí mismo como un personaje responsable con el medio ambiente, como fórmula para potenciar sus negocios, y ahora, como mandamás de la familia, ha incurrido en una fuerte contradicción al apoyar HidroAysén", añade el ambientalista, abogado y máster en Comunicaciones Científicas y Técnicas.

Sanger explica que pocos días después de la publicación de la carta, Matte le escribió un correo electrónico en un tono amistoso, pero claro: le agradeció la ayuda que había prestado desde Forest Ethics, le deseó suerte en su nueva organización y le dijo que estaba consciente del daño que podría generar HidroAysén en el sur, pero que "son sólo 6.000 hectáreas dentro de las cientos que tiene la Patagonia".

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